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LIBROS HISTÓRICOS A continuación del Pentateuco se encuentran los libros históricos. En el canon de la Biblia hebrea, al conjunto de los siguientes seis libros se le denominan genéricamente Profetas anteriores: Josué, Jueces, 1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes y 2 Reyes. El título responde a una antigua tradición, según la cual esos libros fueron compuestos por algunos de los profetas de Israel. En cuanto al calificativo de "anteriores", parece deberse al lugar que se les asignó en el canon, para diferenciarlos de los "profetas posteriores": Isaías, Jeremías, Ezequiel y los doce Profetas menores. La fe del pueblo israelita descubrió en estos libros los estrechos vínculos existentes entre la historia que se narra y el mensaje profético que en ella se proclama. Personajes como Josué, Samuel, Débora, Gedeón, Saúl, David y Salomón, principales protagonistas de los hechos registrados en estos libros, forman parte del plan de salvación dispuesto por Dios a favor del ser humano. A todos ellos, hombres y mujeres pertenecientes a diversas etapas de la vida de Israel, los contempló el judaísmo desde la doble perspectiva de su realidad histórica y de haber sido escogidos como instrumentos para cumplir un designio divino de salvación. En esta doble perspectiva estriba la consideración profética. Por eso, junto con ellos en cuanto personas, los textos que se les atribuyeron se hicieron también acreedores del carácter profético. Actualmente suele titularse como historia deuteronomista el conjunto de los Profetas anteriores. Esta denominación se debe a la influencia que la teología del Deuteronomio ha ejercido sobre la interpretación de la historia: influencia que se aprecia de modo especial en el enjuiciamiento de los comportamientos humanos, considerados tanto en el ámbito de lo individual como de lo colectivo (cf. p.e. Dt 12.2–3 y 2 R 17.10–12). Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998. |